LAS CULTURAS ORIENTALES
1.1. División de la historia y
características de cada época
La historia propiamente dicha
abarca el estudio de la evolución de los pueblos que dejaron información
escrita. Comienza en el año 4000 a. de
C. aproximadamente, cuando aparecieron las primeras escrituras, y llega hasta
nuestros días. Como los tiempos históricos comenzaron entre las poblaciones de
Asia, norte de Africa y Europa, y la evolución de dichos pueblos es la mejor
investigada y más conocida, se ha llamado Historia del Antiguo Continente.
La historia del Antiguo
Continente se divide en cuatro edades: Antigua, Media, Moderna y Contemporánea.
La Edad Antigua (4000 a. de C. hasta el 478 d. de C.) abarca las culturas orientales en
donde se inventaron la escritura, el calendario, el trabajo de los metales, los
canales de regadío y otras técnicas agrícolas. También comprende altas culturas
mediterráneas Grecia y Roma. Esta edad se caracterizó por el desarrollo de
altas culturas, la formación de grandes
imperios, el origen de las religiones muy elevadas que han influido hasta hoy
en los hombres y por el predominio de la esclavitud en las civilizaciones
qreco-romanas
La Edad Media (476-1492) comprende desde la caída del Imperio Romano
hasta el Descubrimiento de América. En ella predominó en Europa un sistema
político, jurídico, militar y, social denominado feudalismo y una economía
agraria de la subsistencia. En Asia occidental y el norte de Africa se impuso
una nueva y brillante civilización: el Islam.
La Edad Moderna (1492-1789) se extiende desde el Descubrimiento de
América hasta la Revolución Francesa. Durante esta edad se consolidaron los
estados europeos y se desarrolló el capitalismo comercial. Las grandes
potencias colonizaron América y conquistaron algunas regiones asiáticas.
La Edad Contemporánea (1789-hoy). La Revolución Francesa derrocó el
viejo régimen político y social imperante en Europa. Se desarrollaron nuevas
ideas (liberalismo, nacionalismo, socialismo), surgió el capitalismo industrial
que predomina en nuestro tiempo y las
ciencias iniciaron un vertiginoso progreso científico que continúa.
1.2 Las grandes culturas
orientales y los factores qué contribuyeron a su desarrollo
Comenzaron su formación en
cuatro llanuras fertilizadas por los ríos. Esas cuatro llanuras fueron la cuna
de los tiempos históricos: la llanura del Nilo,
en Egipto, la del Tigris y el
Eufrates, en Mesopotamia, la del Indo,
en India, y la del Hoangho (río
amarillo) en China.
Los factores que contribuyeron a
la formación de altas culturas en esas regiones fueron:
- La humedad y fertilidad del suelo que atrajeron numerosos grupos humanos.
- Los cultivos de cereales (trigo, cebada y otros) y la cría de vacunos, lo cual favoreció una mejor alimentación.
- Las inundaciones que provocaban las crecidas periódicas de dichos ríos obligaban a trabajar coordinadamente, a construir diques, canales de riego para controlar las aguas y a desarrollar la creatividad científica y técnica para imponerse al medio. Todo ello influyó en que pronto los grupos pasaran de una vida tribal a formar verdaderos estados.
1.3 China
1.3.1 Medio geográfico. Esta civilización o alta cultura se formó en la cuenca del Hoangho, al
norte de China, río que se desborda entre junio y septiembre debido a los aguaceros
de la estación de verano. El río arrastra Ioess,
una finísima capa de polvo muy rica para cultivar cereales. Posteriormente
la población se extendió hacia el sur y colonizó la llanura del Yang tse Kiang, más cálida y favorable
al cultivo del arroz. Desde tiempos muy remotos, este medio, aislado del resto
de Asia por montañas y desiertos, favoreció una agricultura intensiva a base
del riego pero también contribuyó más tarde a que el país se aislara y
mantuviera apegado a sus tradiciones sin admitir cambios ni en las técnicas ni
en las instituciones sociales y religiosas. Otra influencia de este medio
fértil y aislado fue la alimentación vegetariana que persiste hasta hoy.
1.3.2 Organización económica y social.
Al norte se cultivaba trigo y millo; al sur arroz. Las tierras
pertenecían a los nobles o aristócratas y al estado que las distribuía entre
las comunidades campesinas y controlaba la producción agrícola. También
pertenecían al Estado las minas y fundiciones de hierro. Desde fines de la
Antigüedad existió un intenso comercio de seda, por medio de caravanas que
atravesaban desiertos y montañas para venderla en lejanos países.
La célula de la sociedad era la
familia patriarcal y numerosa. Hijos y nietos con sus esposas vivían en la casa
paterna. El Estado fijaba la edad para casarse; no se admitía la soltería. De
acuerdo con la riqueza y las funciones que los miembros de la sociedad
desempeñaban, ésta se dividía en los sectores o clases sociales siguientes: en
primer lugar la nobleza compuesta
por ricos propietarios de tierras; seguían los mandarines o funcionarios del Estado (jueces, recaudadores de
impuestos, policías, inspectores y demás personas que estaban al servicio del
Estado); por debajo se encontraban los mercaderes
y artesanos, cuyas actividades
también controlaba rígidamente el Gobierno; y en la base de la pirámide social
la inmensa masa de campesinos
trabajadores que disfrutaban de muy pocas libertades. Fuera de estos grupos
había esclavos (prisioneros de guerra
y caídos en esa condición por no pagar sus deudas). Los esclavos no eran
mayoría ni constituían el sector productivo; trabajaban en minas y
construcciones pero no eran considerados personas sino objetos que se compraban
y vendían.
1.3.3 El gobierno y las dinastías. La China llegó a formar un extenso y poderoso imperio centralizado y
gobernado de manera autoritaria y despótica por el emperador a quien sus
súbditos consideraban Hijo del Cielo, intermediario
entre el cielo y la tierra, causante de la prosperidad o la pobreza según sus
actos fueran buenos o malos. Millares de Mandarines hacían sentir el poder sin
límites del emperador. Un ejército afianzaba este poder.
A partir del 1770 a. de C.
tenemos información escrita de la primera dinastía histórica, la Shang en cuyo tiempo ya existían los
canales de riego, el calendario, la escritura y el trabajo del bronce. A esta
dinastía sucedió la Chou (1027-256 a-
de C.) bajo cuyos emperadores los grandes príncipes propietarios de tierras se
independizaron de la autoridad imperial y lucharon entre sí. La unificación la
impuso Shi Huang ti. Príncipe de
Ch´in, fundador de la dinastía de este nombre y a quien se atribuye la
verdadera creación de la monarquía autoritaria. Shi Huang ti se impuso a los
príncipes, unificó las leyes y redistribuyó las tierras que arrebató a los
poderosos. Entre el 206 a. de C. y el 220 d. de C. reinaron los monarcas de la
dinastía Han, la cual extendió el
Imperio por medio de conquistas militares y también inició el estancamiento
cultural al imponer oficialmente las creencias y costumbres tradicionales. Por
esta época dominaba en Europa y todo el Mediterráneo el Imperio Romano.
A fines de la Antigüedad el
Imperio se desmembró ante las invasiones de grupos bárbaros situados al norte.
Hacia el siglo VI d. d. C. el país se unificó otra vez y reinaron varias
dinastías. Bajo los Tang (618-907)
China vivió su siglo de oro literario y artístico mientras el comercio de la
seda daba prosperidad al Imperio. En el siglo XIII, los mongoles (pueblo invasor del norte) ocuparon el país, proclamaron
emperador a su jefe Kubilai Khan (1260-1294)
y abrieron China al comercio y a las ideas de otros países. Los chinos lograron
expulsar a los mongoles (1368) y establecer en el trono una dinastía nacional,
los Ming, cuyos monarcas cerraron los
puertos chinos al comercio con los extranjeros y expulsaron a estos. El país
continuó durante siglos sin cambios notables y aferrado a su ritmo tradicional
de vida hasta fines del siglo XX.
1.3.4 En China nacieron dos
grandes religiones que afianzaron el tradicionalismo y el culto a los
antepasados. El taoísmo fue predicado por el bibliotecario Lao Tsé (604-514 a. de C.). Esta religión explica que el universo
está regido por fuerzas (Yang, principio de calor y vida, Yin, principio de
muerte y frío y Tao, principio supremo que coordina el movimiento del
universo). El hombre debe ser contemplativo y rechazar deseos y ambiciones. El confucianismo se debe al maestro Confucio quien vivió también en el siglo
VI a. de C. Más que una religión, Confucio predicó una elevada moral de
perfeccionamiento a base de repetir buenas acciones y de respeto a los
gobernantes, a los ancianos y a los padres. Esta moral se impuso oficialmente
desde la dinastía Han y rechazó todo cambio por considerarlo un irrespeto a los
antepasados.
Posteriormente se introdujo el
budismo, originario de la India, que fue la religión más popular.
1.3.5 Aportes de China. El amor a la naturaleza inspiró bellos poemas y una original pintura de
paisajes sobre seda y telas. Los chinos no hicieron grandes construcciones en
piedra pues prefirieron casas de madera y poca altura que armonizaran con la
naturaleza. Los mandarines chinos fueron excelentes matemáticos, botánicos y
astrónomos; los canales de regadío eran verdaderas obras de ingeniería. Además
inventaron relojes de agua, molinos para mover los fuelles de las fundiciones
de hierro, el compás, el sismógrafo, la imprenta de madera, el papel, la tinta
(que lleva su nombre) y la pólvora que empleaban en fuegos artificiales.
También practicaban la acupuntura.
1.4 India
1.4.1 Medio geográfico. En la enorme península indostánica hay tres
regiones: al norte la cordillera
del Himalaya que aísla el país de China, en el norte y centro las llanuras
fértiles del Indo y el Ganges, y al sur la península de Ceilán bastante seca y
erosionada, La isla de Ceilán completa el marco geográfico. La excesiva humedad
del Ganges y aun del Indo se deben a los aguaceros provocados por los vientos
monzónicos que en verano (junio a septiembre) soplan del océano Indico hacia la
India. Fue en estas llanuras donde se originaron las altas culturas históricas
de India. En la india hubo muchas invasiones de diversos pueblos que entraron
por la llanura abierta del Indo. Esta población de tan distintos orígenes y las
diversidades regionales impidieron la unificación permanente de la India.
1.4.2 Períodos históricos. En el V
milenio a. de C. se desarrolló en el Indo la avanzada cultura de Mohenjo Daro y Harappa (así llamada por las ciudades descubiertas). A esta alta cultura
que se extinguió, sucedió la invasión de los arios o indoeuropeos con los
cuales comenzó el primer período histórico de la India, el período védico (2000-l000 a. De C.) así conocido por los libros
sagrados Vedas del pueblo invasor. Este sometió a la población nativa (los
dravidianos) y la redujo a servidumbre.
Entre el 1000 y el 321 a. De C.
se vivió el período brahmánico porque
los sacerdotes ejercieron un papel decisivo y organizaron las creencias y las
castas. Del 321 a. de C. al 480 d. de C., la India logró convertirse en imperio
que gobernaron distintas dinastías y predominó la religión budista; de ahí el
nombre de época de imperios y budismo. Las dinastías más célebres fueron: los
Maurias, los Kuchanas y los Guptas. Desde el siglo V la India sufrió nuevas
invasiones, se fragmentó política y culturalmente y se impuso como religión el hinduismo (que es una renovación del
brahmanismo) y la que cuenta con más adeptos actualmente en el país.
1.4.3 Economía, sociedad y gobierno. La producción de arroz a base de riego era el sustento básico de la densa
población, la más vegetariana de todo el Lejano Oriente por la prohibición
religiosa de comer carne. El algodón, las piedras preciosas, el marfil y los
metales se dedicaron al comercio que fue mucho más activo en India que en
China.
La riqueza, pero sobre todo la
religión, contribuyeron a dividir la sociedad en grupos sociales cerrados,
vitalicios y hereditarios llamados castas.
Los que nacían en una casta no podían pasar a otra ni casarse con miembros de
otras castas. Estas eran 5: los brahmanes
o casta sacerdotal regía la cultura del país y participaba en el gobierno;
los chatriyas formaban la casta
guerrera, propietaria de tierras y gobernante; los vaisias eran artesanos, comerciantes y pequeños propietarios; los sudras integraban la numerosa casta de
campesinos trabajadores que no eran libres pero tampoco esclavos. Por último se
encontraban los parias o intocables,
expulsados de sus castas por incumplimiento de las leyes; estos debían vivir en
aldeas fuera de las ciudades pues hasta su respiración y su sombra se estimaban
impuras.
Los diversos principados en que
se dividía la India estaban gobernados por príncipes de la casta chatriya
asesorados por los brahmanes.
1.4.4 El brahmanismo y el budismo fueron las dos grandes religiones de
India. La primera predicó la creencia
en la reencarnación y afianzó el sistema de castas. Enseñaba Que el Brahman es un soplo vivificador y
purificador del universo del cual emanan todos los seres creados y que las castas estaban formadas por
aquellos que tenían el mismo grado de impureza; era preciso reencarnar, vivir
varias existencias para lograr la purificación total. Llevando una vida de
perfección al morir se reencarnaba en personas de castas superiores. Si ocurría
lo contrario, se reencarnaría en miembros de castas inferiores. El fin de cada
hombre era volver al Brahman del cual había salido.
El budismo fue predicado por el
príncipe chatriya Sidarta Gautama (560-480
a. de C.) quien abandonó sus riquezas, predicó el renunciamiento a todo deseo
para alcanzar el Nirvana o estado
anímico de paz y felicidad, y vitar así el fatal ciclo de reencarnaciones.
Gautama fue amado Buda (el iluminado) o Sakia Muni (el sabio de Sakias). Su
doctrina se impuso en la India por su elevada moral y se propagó por China,
Indochina, Corea y Japón convirtiéndose en Ia religión predominante en esos
países, pero después de varios siglos los budistas fueron expulsados de la
India ante las persecuciones de los brahmanes. Para atraerse a las castas
populares los brahmanes simplificaron su religión e integraron las creencias en
las numerosas divinidades populares. Así explicaron que hay tres grandes dioses
Brahma, creador, Siva, destructor y Vischnú protector.
Esta religión incluyó ritos y purificaciones para Iiberarse de las
reencarnaciones pero afianzó definitivamente el sistema de castas que ha
predominado en la India hasta nuestros días y el estancamiento de la India.
1.4.5 Aportes culturales. Los hindúes
tenían una lengua riquísima, el sánscrito,
y en ella dejaron obras maestras de la literatura universal como el Ramayana y el Mahabarata El primero es libro de religión y normas morales; el
segundo es un relato legendario de la invasión de los arios. La gran capacidad
de abstracción de los sacerdotes les permitió desarrollar las matemáticas:
inventaron el cero y los números que usamos, impropiamente llamados arábigos
porque fueron los árabes los que los dieron a conocer en Europa, echaron las
bases de álgebra y la trigonometría, y crearon el juego del ajedrez.
La sabiduría hindú y su aptitud
para la contemplación estática originó el yoga
o gimnasia respiratoria a base de posiciones corporales y concentración
mental para que la mente domine al cuerpo. La religiosidad inspiró templos
monumentales y excesivamente decorados; sus esculturas son figuras humanas en
posiciones complejas y eróticas, y también de animales y motivos vegetales.
1.5
Las culturas del Cercano Oriente
En Asia Occidental y Egipto se
desarrollaron las otras culturas orientales. A esta región por su proximidad a
Europa se le llamó Cercano Oriente. Las llanuras fértiles del Nilo y del Tigris
y Eufrates fueron los focos de culturas más avanzadas, en tanto que otras
secundarias tuvieron por escenario los oasis y las mesetas semiáridas del
Cercano Oriente. A diferencia de India y China, que han continuado hasta
nuestros días, las culturas del Cercano Oriente se extinguieron después de
siglos de esplendor.
1.6 Egipto
1.6.1 Medio geográfico y periodos históricos. El Nilo es el río más largo del mundo y hacia junio se desbordaba e
inundaba la desembocadura y una ancha franja a ambos lados del río a la altura
de Egipto. Las inundaciones se debían a los deshielos de los montes del centro
de Africa pues en Egipto rara vez llueve. Actualmente la represa de Asuam
regula el caudal del Nilo y el país no se inunda. Sin el río Nilo, Egipto seria
un desierto como Libia o el Sáhara.
La historia egipcia comenzó
cuando los clanes formaron 2 reinos: Alto Egipto y Bajo Egipto. Hacia el 3335
a. de C. los dos quedaron unificados al triunfar el Alto sobre el Bajo Egipto,
y comenzó el imperio tinita.
Después hubo tres grandes
períodos:
—Imperio Antiguo (2800-2200 a.
de C.) con capital en Menfis cuyos reyes o faraones
hicieron construir las famosas pirámides o templos funerarios. Las
ravueltas internas pusieron fin al Imperio Antiguo.
—Imperio Medio (2050-1780 a. de
C.) Después de años de crisis y desunión, los príncipes de Tebas impusieron la unidad y su ciudad pasó a ser la capital. El
Imperio Medio cayó bajo la invasión de los hicsos,
pueblo que dio a conocer los caballos y el hierro y se impuso 200 años en
Egipto.
—Imperio Nuevo (1580-1100 a. de
C.). Nuevamente los príncipes tebanos unificaron Egipto y expulsaron a los
hicsos. Los faraones de este periodo realizaron grandes conquistas. A partir
del 1100 a. De C., el país entró en decadencia y cayó finalmente bajo la
dominación persa y luego de otros imperios.
1.6.2 La cultura egipcia. Se conoce
gracias a que en el siglo pasado el sabio francés Juan Bautista Champollion
logró descifrar la Piedra de Roseta, en
la que había dos tipos de escritura jeroglífica (de hieros = sagrado, y gliphos =
signos) y un texto en griego que facilitó la tarea. La escritura jeroglífica se
hacia en piedra a base de dibujos de objetos, plantas y animales. Existían
además otros signos que simplificaban el dibujo jeroglífico y se hacían con
tintas sobre hojas de papiro. Esta última se llamaba demótica o popular (de la
palabra griega demos = pueblo).
Gracias al dominio de los jeroglíficos se ha podido conocer que el país estaba
regido por un faraón a quien su pueblo veneraba como un dios por considerarlo
hijo del dios solar. El faraón gobernaba despóticamente a través de millares de
funcionarios o escribas que imponían
la centralización. El matrimonio egipcio era monogámico y la prole abundante.
La sociedad se dividía en: nobles y sacerdotes, poseedores de tierras y
privilegios; escribas o burócratas
del Estado faraónico; artesanos y mercaderes de escasa importancia social; y por
último la mayoría campesina. También había esclavos al igual que en China pero
eran extranjeros, poco numerosos y no tenían a su cargo la producción básica.
Las tierras pertenecían a la nobleza, los templos y el Estado que distribuía
esas tierras entre los campesinos con la obligación de dar una parte de la
cosecha para el Gobierno y otra para los templos.
Lo más distintivo de la cultura
egipcia fue su religión basada en la creencia en el dios solar Ra, el dios Osiris de la vegetación y el mundo de los muertos y en centenares
de divinidades muchas de ellas animales (el escarabajo, el buey, etc.). Pero lo
más firme de las creencias egipcias fue el culto
a los muertos y su esperanza en alcanzar otra vida mejor después de ésta. Para
ello debían observar una elevada moral y al morir embalsamar el cadáver a fin
de que el doble o alma pudiera ser juzgado por Osiris y obtener un premio
eterno. Esta religiosidad influyó en el arte funerario de las pirámides y los
hipogeos (o tumbas subterráneas). Además condicionó la sumisión y la bondad del
pueblo. Entre los aportes de los egipcios a la cultura posterior, se cuenta el calendario que corregido por los romanos
siglos después, es el que está vigente en el mundo. Sus técnicas de
momificación revelan grandes conocimientos de anatomía y fisiologia; sus
diques, embalses y canales de regadío así como sus monumentales construcciones
en piedra demuestran sus altas cualidades como ingenieros y arquitectos. A los
egipcios debemos la columna, el arquitrabe y la iluminación interior sin
ventanas.
1.7 Mesopotamia
1.7.1 Medio geográfico y períodos
históricos. La llanura del Tigris y el
Eufrates no está rodeada de desiertos y mares como Egipto, por tanto la
Mesopotamia fue escenario de sucesivos pueblos invasores que se impusieron y
crearon imperios para luego caer bajo otra invasión. Por otra parte, las
crecidas no son tan periódicas como las del Nilo y por ello la economía
dependió menos de las inundaciones y los canales de riego.
La historia de Mesopotamia
comienza con la cultura de los sumerios (4000-2400
a. de C.), inventores de la escritura, el sistema sexagesimal, los canales, la
rueda, etc. A ellos los sometieron los acadios (2400-2200a de C.), pueblo
semita de las montañas, pero asimilaron y desarrollaron la cultura sumeria.
Hacia el 2200 a. de C. otro pueblo invadió la llanura y los sumerios
reaccionaron y recuperaron su predominio.
—El Primer Imperio Babilónico
(2000-1595 a. de C.) fue creado por los amoritas y bajo el reinado de Hammurabi
conquistó toda la Mesopotamia y unificó todas las leyes en el célebre código de
Hammurabi grabado en piedra. El Imperio cayó bajo un ataque de los hititas.
—Predominio asirio (1360-612 a.
de C.). Este pueblo montañero y belicoso del
norte de la llanura se impuso por la crueldad, las tácticas guerreras,
su ejército organizado en cuerpos de infantería, carristas, arietes o tanques muy primitivos y torres e asalto a las murallas enemigas. El
Imperio asirio conquistó todo el Cercano Oriente incluyendo Egipto.
—Segundo Imperio Babilónico
(612-538 a. de C.). Los pueblos se rebelaron contra los asirios y destruyeron
Nínive, la capital, pasando el control de Mesopotamia otra vez a los babilonios
pero por poco tiempo; los persas conquistaron Mesopotamia.
1.7.2 La cultura mesopotámica. Fue el resultado de la asimilación y el perfeccionamiento de la cultura
sumeria y las que aportaron los sucesivos pueblos. La historia la conocemos por
las inscripciones cuneiformes, escritura
a base de trazos lineales sobre arcilla húmeda con un estilete que dejaba
signos en forma de cuña (de ahí su nombre).
Los diferentes imperios fueron
gobernados por reyes también despóticos a quienes se atribuían poderes divinos
y ser representantes de los dioses. El ejército y la burocracia estaban al
servicio del Estado para hacer sentir el poder de los reyes. La sociedad se
dividía en forma muy parecida a la de Egipto pero en Mesopotamia los militares
y los comerciantes tuvieron gran importancia social y no existía una clase
social de funcionarios o escribas tan decisiva como en el Nilo. La economía de
subsistencia era agraria; los reyes dirigían la producción pero los campesinos
eran generalmente libres y se agrupaban en comunidades o aldeas comunales. El
comercio fue muy activo e importante en la economía mesopotámica.
Las creencias de sumerios,
acadios, babilonios, asirios, etc., eran politeístas como en todos los pueblos
de la antigüedad, pero adoraban preferentemente a los astros y el viento, y no
tenían una firme esperanza en otra vida como los egipcios; los mesopotámicos
creían en la inmortalidad del alma pero que la vida del más allá no era
agradable y dependía del capricho de sus dioses a quienes temían. Por ello, los
mesopotámicos eran más apegados a lo mundanal, no practicaban una moral elevada
como la egipcia y no tenían culto a los muertos.
Entre los aportes mesopotámicos
figuran sus conocimientos y descubrimientos astronómicos como los signos del
Zodiaco. Su calendario era lunar y dividieron la semana en 7 días. También
fueron los inventores del horóscopo, de
la multiplicación, la división y el sistema sexagesimal; por ello la
circunferencia se divide en 360 grados, la hora en sesenta minutos y el minuto
en 60 segundos. Otra contribución fue que su mentalidad práctica y comercial
los llevó a crear instrumentos de pago: fueron los precursores del cheque, el
pagaré y la letra de cambio; también de los contratos comerciales y de los
códigos legales. Su arquitectura fue monumental pero no en piedra sino en
ladrillo, por ello de sus palacios y templos no quedan sino escombros. Entre
sus adelantos figuran la rampa, el arco y la bóveda.
1.8 Los fenicios y otros pueblos del Cercano Oriente
Los fenicios vivían en una
estrecha franja junto al mar en los actuales Líbano y Siria y nunca formaron un
estado unificado; cada ciudad era independiente. Sobresalieron por ser los
grandes navegantes del Mediterráneo entre los años 1500 y 500 a. de C. Sus
embarcaciones ligeras los llevaron hasta Inglaterra y se cree que dieron la
vuelta al Africa. A lo largo de las costas mediterráneas fundaron colonias y factorías donde intercambiaban
productos con los nativos y también hacían esclavos para venderlos en distintos
países. Fueron los grandes proveedores de artículos occidentales para el
Cercano Oriente. Entre sus industrias figuran la del teñido de paños de color púrpura. El gran aporte fenicio fue el
perfeccionamiento y divulgación de un alfabeto inventado por pueblos de Canaán
y Sinaí. Este alfabeto, al cual los griegos le agregaron las vocales, es el que
usamos.
Otro pueblo importante fueron
los hititas que crearon un imperio en
la meseta de Anatolia; a ellos se les debe la introducción del hierro y el
caballo en el Cercano Oriente.
Por último los persas, de origen
indoeuropeo, fue el pueblo que se unificó en el siglo VI a. de C. y se
constituyó en imperio bajo el mando de Ciro
el Grande (556 a. de C) Con un ejército basado en la caballería, los persas
conquistaron Mesopotamia, Egipto y demás países del Cercano Oriente. La
dominación persa duró hasta fines del siglo IV a. de C. cuando su Imperio fue
destruido por Alejandro Magno. El gran aporte persa consistió en sus ideas y su
justicia más humanitarias las cuales predominaron desde entonces. También
mantuvieron la unidad cultural de todo el Cercano Oriente asimilando y difundiendo
lo mejor de las culturas egipcia, mesopotámica y de otros pueblos.
1.9 El pueblo hebreo
Según el relato de la Biblia,
Abraham y su clan emigró de Mesopotamia a Canaán o Palestina y allí les dieron
el nombre de hebreos (gente de lejana
procedencia). Tanto Abraham como su descendencia adoraban a un dios único Yahvé quien les había ofrecido guiarlos
a la Tierra Prometida y llegaron a
constituir 12 tribus (de los 12 hijos de Jacob, nieto de Abraham) que se
trasladaron a Egipto donde fueron reducidos a esclavitud. Moisés sacó al pueblo
de Egipto y los condujo a través del Sinaí hacia Canaán, la Tierra Prometida. Durante esa travesía
que duró 40 años, Moisés afianzó la idea monoteísta entre los hebreos y les dio
un conjunto de normas religiosas y civiles, la Ley, que incluía los Diez
Mandamientos. Al entrar en Canaán, ya muerto Moisés, los hebreos tuvieron que
vencer a los cananeos y filisteos hasta que pudieron fundar su propio reino
(1000 a. de C.) que tuvo corta duración ya que se dividió en dos estados:
Israel al norte, con la población de 10 tribus; y Judá al sur con los miembros
de las tribus de Judá y Benjamín. De ahí derivan las expresiones israelitas y judíos que si bien tienen significados propios resultan en la
práctica sinónimos de hebreos. Estos padecieron sucesivamente la dominación
asiria, la babilonia y quedaron integrados en el Imperio persa.
A fines de la antigüedad el
territorio hebreo pasó a la soberanía de otros reinos y por último al Imperio
Romano. En esta época nació Cristo. En el año 70 d. de C., los romanos
aplastaron una sublevación judía, destruyeron Jerusalén y expulsaron
totalmente al pueblo hebreo de su patria. Durante 14 siglos dicho pueblo
supervivió en distintas partes del mundo unido por su inquebrantable fe en
Jahvé y el cumplimiento de la ley mosaica. Esta religión que les prohibía tener
más de un templo, representar a su dios, venerar imágenes y cumplir
determinados ritos, es lo distintivo del pueblo hebreo que siempre se ha
considerado pueblo elegido de Dios en virtud de una alianza o pacto con El. De
esta religión derivaron más tarde el cristianismo y el islamismo. La más
hermosa y rica contribución hebrea a la cultura es la Biblia libro sagrado, histórico, literario y jurídico de los
hebreos, que contiene también el Antiguo Testamento o revelación anterior a la
venida de Cristo para los cristianos.
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